Caos de la Sanidad de Puig en pleno repunte covid: de 100 horas para una cama a falta de material
Nuevo caos en la Sanidad valenciana en pleno repunto del covid. Así, lo han denunciado hoy tanto desde la esfera política el Partido Popular como desde el ámbito profesional el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana (CESM.CV) y el sindicato CSIF, que han puesto de relieve, en el caso del PP, que los pacientes deben esperar hasta 100 horas para contar con una cama en el Hospital General de Valencia. Y, en el caso del Sindicato Médico, la falta de material y las difíciles condiciones de un centro auxiliar: el de El Campico, que da servicio a la localidad alicantina de Guardamar del Segura. Además, otro sindicato, CSIF, ha instado a Sanidad a que todas las bases SAMU de localidades que incrementen su población en verano operen las 24 horas del día.
El incremento de los contagios covid en territorio valenciano esta alcanzando índices inquietantes. Y esta circunstancia está sucediendo en medio de un nuevo caos de la Sanidad Valenciana. El PP y los médicos ya advirtieron al presidente de la Generalitat Valenciana el socialista Ximo Puig y al consejero de Sanidad Miguel Mínguez de que las contrataciones previstas para el verano llegaban tarde y mal. Tarde, porque el plan de refuerzos no se dio a conocer hasta el pasado 26 de junio, a las puertas de los 2 meses de verano. Y mal, porque a su juicio las contrataciones previstas resultaban insuficientes.
Pero a estos problemas, se ha sumado hoy, en Valencia, la concejala portavoz de los populares en el Ayuntamiento de Valencia María José Catalá, quien ha reclamado al alcalde de la ciudad Joan Ribó (Compromís) que exija a la Generalitat Valenciana un «esfuerzo» ante la «crítica» situación sanitaria de la capital de la Comunidad Valenciana en plena ola de llegada de turismo.
María José Catalá ha calificado de preocupante la situación del Hospital Clínico de Valencia y del Arnau, pero ha destacado sobre todos ellos el problema de Hospital General Universitario de Valencia donde, ha dicho, los profesionales denuncian que se tarda más de 100 horas en adjudicar una habitación a los pacientes que han de ingresar tras pasar por Urgencias. Y ha denunciado, también, la anulación de cirugías.
Centros de Salud
Pero no ha sido ésta la única protesta hoy contra la Sanidad valenciana de Puig y Mínguez. El Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana, a través de su delegada en Torrevieja, Elena Bondareva, ha puesto de manifiesto la falta de material en uno de sus centros auxiliares, el de El Campico en Guardamar, donde ha denunciado graves deficiencias «tanto estructurales como de dotación» en el citado consultorio auxiliar, que atiende a una población superior a los 900 pacientes y donde se concentra una importante población extranjera.
Según Bondareva, la media de atención es de 35 pacientes diarios, a los que hay que sumar otros 12 de los llamados ‘administrativos’. La consulta carece de biombo para garantizar la intimidad de los pacientes que deben ser auscultados, no hay destructor de material y el ordenador para recetas e historiales ha llevado varios días sin funcionar, según ha explicado Bondareva.
Pero, además, ha denunciado que la sala de espera, «de reducidas dimensiones, carece de aire acondicionado», lo que hace muy difícil a los pacientes soportar el tiempo de espera, que según dice supera a veces la hora. Los pacientes, según el citado sindicato, permanecen en esa sala sin poder utilizar las mascarillas por la dificultad que supone, a su vez, soportar el calor, «lo que aumenta el riesgo de contagio al no disponer, tampoco, de un purificador de aire».
Provincia de Valencia
En paralelo a todo ello, la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) también ha denunciado otra circunstancia que se suma a este caos: el aumento de la población, sobre todo en las poblaciones del litoral de la provincia de Valencia, no se está viendo acompañado de un incremento del Servicio de Atención Médica de Urgencias (SAMU), lo que «está dejando en evidencia las carencias de este servicio».
Este es el caso, según señalan, de Cullera, cuya población se multiplica por 10 en verano y alcanza los 250.000 habitantes, pero que continúa dependiendo de la base de Sueca, con un único vehículo para la atención a toda la comarca de la Ribera Baja, en la provincia de Valencia: desde El Perelló a Tabernes de la Valldigna. Y, si esta en otro servicio, debe desplazarse uno desde Gandía, lo que ralentiza la atención, según refiere el citado sindicato.